martes, 25 de marzo de 2008

Del PRD y fraudes semejantes

Publicado el 240308 en www.milenio.com/torreon



Lamentable espectáculo el dado estas semanas por el PRD; Cuauhtémoc Cárdenas ha planteado incluso la necesidad de anular los comicios perredistas ante la avalancha de porquerías.El muestrario de recursos fraudulentos a los que se recurrió bien puede ser una síntesis de alumno avanzado de lo que ha sido la vida partidista en México: la opacidad como constante, el juego sucio como el más eficaz y el cinismo como eje axiológico.

El PAN resolvió su reciente conflicto de la lucha por la dirigencia nacional a través de un mecanismo que sólo es posible bajo dos condiciones:una, rarísima por extravagante, en la que haya un sólo aspirante a la atractiva y jugosa dirigencia del partido gobernante y, la otra, que un poder superior al del partido se imponga y ya sea de manera burda o bien sofisticada, convenza a los militantes de que no hay mejor competencia que aquella del dedazo. De esta última surge la actual dirigencia. Así, el bochornoso espectáculo de los madrazos públicos se elimina.

La ropa sucia se esconde en casa.El PRD se fue por la vía que recuerda el América-Chivas de 1983: sin guantes y campal. Un partido que privilegia el carisma y la batalla ideológica naturalmente tiene en el conflicto a un acompañante permanente. Es el costo de apostar por el debate abierto que el PRD pretendió asumir; el PAN en esta ocasión lo rehusó, pues tiene la ventaja de contar con la Presidencia de la República (cuando optó por la disputa abierta en ese partido hubo fracturas tanto a mediados de los setenta como diez años después- y en Torreón actualmente-). El PRI conoce ambas experiencias.

Hoy la noticia es el PRD. Y se enfatiza que lo particular de su caso es la incongruencia de sus demandas en los procesos electorales constitucionales con sus prácticas internas. Parece que se impone en ellos no sólo el voto por voto, casilla por casilla, sino la anulación de la elección.

Este es un argumento cierto y rentable para los adversarios de ese partido; pero insuficiente desde una perspectiva ciudadana, toda vez que cochinadas semejantes han sido practicadas por todos los partidos en detrimento de la democracia y la transparencia de la vida política mexicana.

El problema parece ser de la arquitectura del sistema en el cual se organizan los partidos políticos. Urge una revisión del sistema de incentivos, costos de entrada y salida, transparencia y rendición de cuentas partidistas.Mientras los partidos sigan siendo coto de poder político y económico ausentes de escrutinio real, seguirán propinándonos funciones interminables de luchas internas y porquerías públicas.

Torreón: ¿ Cuál modernización del transporte?

Publicado el: 24-Marzo-2008 en www.vanguardia.com.mx

El tema eje del buen desempeño gubernamental, previo a la irrupción de la ola de inseguridad en Torreón, para la ayuntamiento que encabeza José Ángel Pérez era la modernización del transporte público. El encargo directo para orientar la estrategia de solución lo recibió un amigo del Alcalde, una persona de su absoluta confianza y quien, tal vez en el transcurso de acciones conjuntas producto de su amistad de años, le había demostrado al Presidente Municipal capacidad de sobra para enfrentar un problema verdaderamente complejo. Quizá el más difícil de todos los que enfrenta la alcaldía.

Después de arduas negociaciones no exentas de intromisiones de actores ajenos al proceso, se dio un primer paso, que en los hechos se ha traducido en dos claras acciones: un lento pero gradual cambio de unidades, desechando aquellos viejos camiones trompudos por unidades nuevas, semejantes a las usadas desde hace más de quince años en ciudades como Guadalajara. Y un aumento en la tarifa.

Lo anterior se vendió mediáticamente como modernización del transporte. Sabemos que la elección de un buen eje de promoción y comunicación social puede redituar en magníficos resultados en la percepción de la opinión pública. Pero si no está sustentado en acciones reales, ese mensaje pronto queda vacío y puede resultar contraproducente.

Algo así está ocurriendo en Torreón. Los vicios de conductores de unidades de transporte público persisten, con o sin camiones nuevos. Siguen haciendo paradas donde se les ocurre y como se les hincha; siguen usando carriles supuestamente prohibidos para ellos; siguen sin ser atendidas áreas pobladas porque las rutas mantienen su nivel de obsolescencia; los llamados “ checadores” se ha apropiado de diversos puntos en las vialidades ocasionando cierres parciales en las calles como si fueran estacionamiento exclusivo para los camioneros.

La modernización del transporte en Torreón sigue siendo tarea pendiente. Dejar las rutas como hasta ahora; la desatención a puntos de nuevo poblamiento; las calles al servicio del tosco arbitrio de decenas de conductores en perjuicio de peatones y conductores de otros vehículos, sencillamente será sinónimo de un fallido intento por modernizar el transporte en esta ciudad. Y el deseo habrá quedado en el cambio de la mayoría de las unidades y en tarifas más altas. Nada más.

Ahora que el Partido Acción Nacional ha iniciado una campaña de promoción de imagen que intenta contrarrestar el trabajo que ha venido haciendo el PRI, será importante para los operadores del Alcalde y del partido no olvidar las tareas pendientes, las promesas cumplidas a la mitad y los retrasos que no se pueden ocultar. Uno de esos es la mal llamada modernización del transporte puesto que no se puede llamar así al cambio de unidades y al aumento de la tarifa.

martes, 18 de marzo de 2008

Mentiras que valen la pena


Publicado el 17 03 08 en www.milenio.com/torreon



"Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo” cantaba Mercedes Sosa. Y es que la cultura, en su sentido amplio, es dinámica, agitación, recreación germinada en el cruce entre innovación y tradición. Las personas recodificamos nuestra realidad y con ello nuestra vida, esa que se va entre la aurora y el ocaso cotidiano.
En el lenguaje usual podemos detectar el peso de los nuevos símbolos, de los nuevos disparadores de sentido y comunicación. Hoy día, entre la mayoría de nosotros, la semana santa tiene más tonalidades de descanso que de memoria religiosa; felizmente esta semana parte en dos al ciclo escolar; permite un largo puente que termina en la playa, en la visita a los viejos o de plano es momento para ordenar la casa.
Esta semana llamada santa por el sentido de recuerdo de la pasión del fundador del cristianismo, roca angular de la civilización occidental, cede el paso a nuevos ritos, esos de la sociedad virtual y de consumo. Si tiene relevancia mediática la semana santa, lo es por el folclore de sus ritos populares y no por el sentido hondo de su celebración. Si está presente en el imaginario social, lo está por su funcionalidad: descanso, no actividades, puente. No lo digo con amargura, acaso con un poco de nostalgia, nada más.
No deja de haber elementos paradójicos en esta semana: si uno revisa los diarios del mundo, las crucifixiones contemporáneas se multiplican, curiosamente con un motivo semejante al que tuvo aquella que marcó la historia de nuestro hemisferio:el olvido del ser humano por el propio ser humano; el haberlo convertido en medio, no en fin.Sí, lobo. Hoy, Caín dejó de ser mito para convertirse en sistema social.
Hace poco más de cien años Nietzsche afirmaba que Occidente perecería si no meditaba y si no cambiaba sus valores. Aunque cambiamos los valores, seguimos sin meditar, y los resultados están allí: la paz como excepción y la guerra como normalidad; la migración forzada para salvar la vida (mexicanos, cubanos, africanos); el estrés como estilo de vida; la competencia como sello de la fraternidad contemporánea; la caridad convertida en fundación que deduce impuestos y los salvadores son ahora superhéroes de comics.
En fin, quizá vale más cantar con Sabina: “Tenemos lolitas, tenemos donjuanes; Lennon y McCartney, Gardel y LePera; tenemos horóscopos, Biblias, Coranes, ramblas en la luna, vírgenes de cera… más de cien palabras, más de cien motivos... más de cien mentiras que valen la pena”.
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Encuentro de escritores coahuilenses en Torreón

Publicado el: 10-Marzo-2008 en www.vanguardia.com.mx

El fin de semana pasado, cuatro decenas de autores nos reunimos en el foyer del Teatro Isauro Martínez, en Torreón. La convocatoria al “ Encuentro de escritores coahuilenses” fue hecha por el Patronato del Teatro, la Fundación MECCANO y el Icocult.
La experiencia fue valiosa; la amable coordinación de Saúl Rosales facilitó que las expectativas fueran satisfechas y el mensaje ha sido muy positivo: está claro que el gremio de los escritores puede reunirse a compartir su obra, posiciones y hasta las frustraciones que en ocasiones provoca el oficio de “escribidor”.
Hubo ausencias: supongo que la mayoría debidas a las dificultades de la agenda personal, que suele estar copada por actividades relacionadas a la incesante búsqueda de la chuleta por parte de quienes a esta actividad se dedican; otros, aunque son escritores nacidos en Coahuila radican fuera y muy lejos del estado; otros, quizá, porque consideraron que su plumaje es asaz valioso como para dejarlo tocar por escritores de obra reducida y principiantes, y porque acaso sólo permiten que se huela el delicado perfume de su excelsa obra en foros que no les hagan recordar su origen sino, solamente, su pretensión.
Pero hubo encuentro y es lo importante: generaciones separadas por los años, los intereses, las inquietudes y las búsquedas, compartieron espacio, micrófono y debate. Por momentos la polémica marcó a las intervenciones. La camaradería del ambiente general no impidió el uso pugilístico de la palabra.
Una de las preguntas frecuentes fue si sería valido hablar de literatura coahuilense e incluso norteña. La mayoría se inclinó por la negativa. No hay una corriente o un movimiento literario que pudiera calificarse en función de la geografía de origen. Pero, paralelamente, corrió una triste intuición: más allá del ámbito de las corrientes literarias geográficas, parece ser que no sólo hay un desconocimiento generalizado respecto a lo que se escribe por coahuilenses, sino que a esta ignorancia de lo que publican los escritores locales le transpira el desprecio de los propios. Hay fronteras perversas que han impedido la estructuración de una cadena virtuosa a favor del libro escrito por coahuilenses: los programas editoriales que son parte de las “políticas culturales” en el estado no han podido alentar un engranaje entre escritura, edición, distribución y posicionamiento de modo que las letras vertidas por coahuilenses encuentren eco en el gusto de los lectores y no la polvorienta compañía de indolentes bodegas.
Vale la pena mencionar que los organizadores publicaron las ponencias en un libro que compila veintidós de ellas. Y mención especial merece la cortesía que el Dr. Salvador Jalife y su esposa tuvieron con los participantes. Gracias a ellos, algunos de mis amigos supieron que además de magníficas novelas, entrañables poemas, enmarañadas narraciones y letras, letras y letras, también existe el buen whisky.